Copilandia: una isla libre de propiedad intelectual.
Copilandia es una isla libre de propiedad intelectual que multiplica, propaga y celebra el libre intercambio del arte y las ideas.
Localizada en un barco fondeado en el río Guadalquivir, está equipada con materiales artísticos, copiadoras, grabadoras, computadores y sistemas de sonido.
Imaginando la disolución de la propiedad intelectual como medio artístico, Copilandia es un proyecto colaborativo de recombinación cultural. Promueve una economía alternativa del don que cuestiona el dominio de los poderes sobre la información y la comunicación y fomenta la libre distribución de producciones y de arte. Como una zona temporalmente autónoma entre Sevilla y Triana, acepta y estimula la trasgresión de todas las fronteras que limitan y restringen la experimentación artística y cultural.
El aforismo “la propiedad es robo” nunca ha tenido tanta resonancia como hoy en día. Con la explosión actual de nuevas tecnologías de la información y la comunicación, las asociaciones de gestión de derechos y los conglomerados del entretenimiento están enviando sus fuerzas para restringir la libertad de comunicación y así prevenir que nuestra herencia cultural entre en el dominio público. Intoxicados por el perfume de unos beneficios empresariales en crecimiento, se están organizando en un esfuerzo conjunto para atacar el uso justo de la propiedad intelectual. Con un júbilo draconiano, están presionando a los gobiernos para extender los límites de los derechos de autor, criminalizando a los consumidores que copian música y software para uso privado, y censurando a artistas por plagiar su propio arte.
Lo que estos fatuos títeres de la industria del espectáculo se niegan a reconocer es el hecho indiscutible de que la materia prima del arte es el propio arte, como la industria y la comunicación sólo pueden crecer a partir de la propia industria y la propia comunicación. Que la creatividad siempre se apropia de los resultados de la creatividad que la precede. Que el arte emergente siempre resignifica el arte existente, convirtiéndolo en algo nuevo.
Vivimos en una sociedad que predica el culto a la originalidad en una cultura de copias. Ahora que el libre juego de la sátira y la parodia se han convertido en robo, lloramos su muerte y concebimos Copilandia de sus cenizas. Con deleite, desatamos las mordazas que sofocan la expresión creativa y nos negamos a echar monedas en el contador cada vez que cantamos una canción. Copilandia nace de la convicción de que compartir es bueno, que la copia es creativa y el hecho de que te copien constituye el mayor halago.
Así que ponte el sombrero pirata y sube a bordo. Al fin y al cabo estamos en el mismo barco. Saqueemos lo que ya es nuestro y disfrutemos la abundancia de bienes que nos rodea; el regalo generoso que ofrecen los artistas que participan en esta intervención pública. Sólo te pedimos que valores el intercambio y la circulación de creatividad y conocimiento que construye mundos y ficciones. Únete a nosotros en la busca de verdades subjetivas y mitologías personales. Copilandia es una llamada a ensanchar los límites legales de la cultura popular, a abrir el banco de datos para dejar que todos usen los medios de producción a su máxima potencia.
Recuerda, ¡LA INFORMACIÓN QUIERE SER LIBRE!
http://www.copilandia.org
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